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Acompañamientos

ZANAHORIAS ASADAS DIFERENTES
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ZANAHORIAS ASADAS DIFERENTES

escrito por Carmen Albo

Estas zanahorias asadas diferentes, que estoy haciendo en mis cursos de cocina de navidad 2018, creedme, están siendo todo un descubrimiento y un éxito. Así que por este motivo, quiero compartirlas con vosotros aquí

Yo, por supuesto, las hago con las zanahorias de mi proveedor de frutas y verduras de cabecera, FRUTAS NIEVES , y me salen riquísimas.

Mi receta, variando cantidades de ingredientes y algún condimento, está basada en una que encontré en el estupendo portal de recetas, Directo al Paladar y como  es de ley nombrar la fuente de inspiración, procedo a ello.

Animaos a probad este acompañamiento ideal para cualquier asado y perfecto para acompañar platos de aves, o carnes, esta navidad. 

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30 noviembre, 2018 1 comentario
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ESCALIVADA FACILONA Y LUCIDA
AcompañamientosEntrantes fríosVerduras

ESCALIVADA FACILONA Y LUCIDA

escrito por Carmen Albo

La receta que este mes he preparado con verduras de  mi  frutería de cabecera,  Frutas Nieves , es un básico absoluto de mi cocina y de mi mesa de verano. Sirve tanto como acompañamiento de carnes y pescados, como primer plato y hasta como plato único y completísimo, si lo acompañáis de unos huevos, o de una simple lata de bonito, o de sardinas.

Como sano, es sanísimo, y como rico, este plato es riquísimo, así que si simplificamos los pasos de horneado y de pelado, aquí el único que trabaja es el horno y los que disfrutaréis seréis vosotros, que así, a priori, no es mal planteamiento, ¿no?

escalivada fácil

 

Aproximado proceder:

Lavamos las berenjenas, los pimientos y las cebollas, todo sin pelar, incluidas las cebollas.

Disponemos las verduras en una fuente de horno amplia. Damos unos picotazos a las berenjenas para que no revienten y tampoco se rompan.

escalivada fácil

Incorporamos un chorrito de aceite y sal y horneamos a 190º durante 50 minutos- 1 hora.

Apagamos el horno y dejamos que se enfríen las verduras dentro de él  otra hora más. Así conseguiremos pelarlas sin ninguna dificultad.

escalivada facil

Retiramos la piel a las verduras, y sin cortarlas, las presentamos enteras en la fuente. (los pimientos se romperán un poco, pero da igual)

Preparamos un aliño con aceite de oliva virgen, ajo picadito, vinagre de jerez y sal al gusto, lo vertemos por encima, y ¡listo para disfrutar!

NOTA: Este plato está mucho más rico al día siguiente. La única dificultad que tiene es el tiempo de espera de horno y el de enfriado. Si  lo preparáis con antelación, en un rato en que sepáis que vais a estar en casa, no tenéis más que guardarlo aliñado ya en la nevera, y estará mucho más rico a las 24 horas de hacerlo o incluso más…

15 agosto, 2018 0 comentario
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CHAMPIÑONES RELLENOS, VERSIÓN FACILONA Y LUCIDA
AcompañamientosAperitivos fácilesVerduras

CHAMPIÑONES RELLENOS, VERSIÓN FACILONA Y LUCIDA

escrito por Carmen Albo

CHAMPIÑONES RELLENOS, VERSIÓN FACILONA Y LUCIDA

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Comensales: 2 Tiempo de preparación: 30 minutos Tiempo de cocinado: 15 minutos

INGREDIENTES

  • champiñones frescos Portobello
  • queso de untar tipo Philadelphia
  • bacon ahumado bueno
  • queso parmesano rallado
  • tomillo fresco
  • salsa Perrins y sal

Estos champiñones que os traigo hoy, son, además de algo diferentes, un plato instantáneo de esos que a mi me gustan para poder colocarles mi famosa etiqueta de #FacilónYLucido.

En mi opinión, son ideales para servir como aperitivo caliente, o como acompañamiento de carnes, aves,   pescados y todo lo que se os ocurra y tercie.

Como los hice el otro día corriendo, como siempre, y la foto que tengo es de teléfono, he pedido a una seguidora de mi blog las fotos que hizo  de mi receta y gracias a ello y a ella, (Marta Polledo), tenéis una imagen mucho mejor que la mía, ilustrando este post.

Aproximado proceder

 

1. Limpiamos los champiñones. Si son de los morenos, tipo Portobello, os quedará más ricos.

2. Retiramos los pedúnculos que podréis utilizar para saltear y rellenar una tortilla, por ejemplo. Todo, menos tirarlos a la basura.

3. Colocamos los champiñones en una bandeja de horno con el “agujerito” hacia arriba. Salamos.

4. En un recipiente aparte, mezclamos todos los ingredientes excepto el queso rallado que lo usaremos para gratinar

5. Rellenamos los sombreros de los champiñones con la mezcla anterior

6. Cubrimos generosamente con queso parmesano  y horneamos 15 minutos a 190º

2016-05-11_1904_001

13 mayo, 2016 3 comentarios
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Patatas confitadas, fáciles y lucidas como pocas
AcompañamientosDestacadas

Patatas confitadas, fáciles y lucidas como pocas

escrito por Carmen Albo

Patatas confitadas, fáciles y lucidas como pocas

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Comensales: 6 Tiempo de preparación: 10 minutos Tiempo de cocinado: 80 minutos

INGREDIENTES

  • 6 patatas amarillas grandecitas
  •  1/2 cabeza de ajo grande
  •  Tomillo fresco (en su defecto, seco)
  •  Aceite de oliva mezcla de virgen con oliva bajo en acidez (más o menos 400 ml)
  •  200 g de mantequilla
  •  Sal

Estas patatitas que hoy os dejo aquí, son una de mis recetas de fondo de armario total y absoluto. ¡Animaos a probarlas y entenderéis la razón!. Los que me seguís, sabéis bien que no engaño, al menos, en lo que a recetas se refiere…
 
Cuando las hago en mis cursos de cocina tienen mucho éxito, y no sólo por lo riquísimas que están y lo fáciles que son de hacer, sino porque pueden prepararse con bastante antelación y quedan perfectas con tan sólo introducirlas 1o minutos en el horno antes de comer.
 
Como tengo por sana costumbre citar la fuente de mis recetas, os diré que esta la aprendí en un curso de cocina de Rafa Centeno, Chef del Restaurante Maruja Limón de Vigo y único poseedor de una Estrella Michelín en mi ciudad. Tanto al Chef como al su restaurante les tengo especial simpatía y afición, así que, a poco que podáis, no dejéis de visitarlos.

Ingredientes para 6 personas

  •   6 patatas amarillas grandecitas
  •  1/2 cabeza de ajo grande
  •  Tomillo fresco (en su defecto, seco)
  •  Aceite de oliva mezcla de virgen con oliva bajo en acidez (más o menos 400 ml)
  •  200 g de mantequilla
  •  Sal

Aproximado proceder
 
Lavar con estropajo de aluminio las patatas para retirarles toda la tierra y suciedad, pero sin pelarlas.
 
Cortarlas en rodajas de algo menos de 1 cmt. (Quedan más bonitas si se cortan con un cuchillo ondulado).
 
Colocarlas en una fuente de horno, semicubrirlas  con el aceite y añadir la mantequilla en trozos.
 
Incorporar 6 u 8 dientes de ajo espachurrados pero sin pelar y tomillo fresco, o en su defecto, seco.
 
Salar e introducir las patatas en el horno a unos 180º. Mantenerlas en el horno unos 50 ó 60 minutos hasta que las patatas estén hechas y comiencen a dorarse.
 
Una vez que están hechas, las retiramos en caliente del aceite, las escurrimos bien y las reservamos bien secas en otra fuente de horno. 

Ni que decir tiene, que ese aceite mezclado con mantequilla y aromatizado con ajo y tomillo se guarda como, (y nunca mejor dicho), “oro en paño”. Se puede reutilizar para repetir esta receta, para freír patatas para tortillas, para sofritos de arroces y guisos….
 

 
10 minutos antes de comer, las introducimos en horno bien caliente  para que nos queden tostadas y crujientes. 

Un acompañamiento de lujo para cualquier carne, huevos pescados…



Y como os digo siempre….¡¡Ya me contaréis!!
Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

26 marzo, 2014 9 comentarios
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Tomates secos en aceite. (el condimento arregla platos y arregla vidas)
AcompañamientosDestacadas

Tomates secos en aceite. (el condimento arregla platos y arregla vidas)

escrito por Carmen Albo

Tomates secos en aceite

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Comensales: 6 Tiempo de preparación: 20 minutos

INGREDIENTES

  • 300g de tomates secos comprados a granel en
  • Frutas Nieves
  • Aceite virgen
  • 4 dientes de ajo
  • Unas ramas de tomillo y albahaca frescos
  • Agua
  • Dejar los tomates secos en agua durante una noche para que se desalen e hidraten. Escurrir del agua e introducirlos en dos botes de vidrio alto.

Intentando batir de nuevo el record de escribir posts en media hora… que, la verdad,  entre que me lío y al final hago fotos con cámara  para mejorar las del teléfono hechas “sobrelamarcha”, las edito,  e invento algo más, acaba siendo una hora.
E intentando también no perder la carrerilla de publicar una vez por semana a pesar del lío de trabajos varios y liosos que me traigo, aquí está la receta de tomates secos en aceite prometida en Facebook.

No creo que esto pueda considerarse receta, pero os aseguro que es un “condimento” que os sacará de mil apuros y que combina y mejora montones de platos de los que podéis hacer en dos minutos en casa.

Ingredientes para 2 botes de vidrio grandes

  • 300g de tomates secos comprados a granel en
  • Frutas Nieves
  • Aceite virgen
  • 4 dientes de ajo
  • Unas ramas de tomillo y albahaca frescos
  • Agua
    Dejar los tomates secos en agua durante una noche para que se desalen e hidraten. Escurrir del agua e introducirlos en dos botes de vidrio alto.

Añadir unas ramas de tomillo y albahaca frescos y un diente de ajo sin pelar pero espachurrado con un golpe, en cada bote.

Llenar de aceite virgen los botes hasta arriba del todo, cerrar y dejar macerar un par de días antes de empezar a utilizar.

Yo los uso en montones de recetas y simplemente aquí os dejo unas ideas:

  • Utilizarlos picados en sofritos de arroces.
  • Como complemento en pizzas deliciosas.
  • Como aliño de ensalada picándolos y combinándolos con  su aceite, vinagre, sal y mostaza….
  • En canastillas o canapés de horno, picados sobre queso mozzarella y con un toque de pesto
  • Sobre queso de oveja, o el que tengáis por casa, pero que no sea muy salado.

    Para acompañar una pasta rellena de gorgonzola y nueces como esta deliciosa de Giovanni Rana, bien picaditos y utilizando su aceite para  saltear un minuto en el la pasta de que se trate.

    Y dorando un ajo muy picado en el aceite de conservar los tomates al que se añaden también los tomates troceados. Cuando esté el ajo dorado, se añaden unos langostinos crudos y cuando estén casi hechos estos se incorpora la pasta previamente cocida al dente. Esta opción no dejéis de probarla!! Incluso con un toque de guindilla incorporada junto con el ajo.

    NOTA: Los tomates secos los compro ya en ese estado. Para mi, los más carnosos y menos amojamados son los de granel que podréis encontrar en Frutas NievesHay otros que,  para mi gusto, son demasiado salados y demasiado secos.

Animaros a probar opciones en las que utilizar estos tomates…Y ya me contaréis!!

Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

2 junio, 2013 32 comentarios
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Pimientos del piquillo confitados
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Pimientos del piquillo confitados

escrito por Carmen Albo

Pimientos del piquillo confitados

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Comensales: 4 Tiempo de preparación: 15 minutos Tiempo de cocinado: 15 minutos

INGREDIENTES

  • 1 lata "decentilla" y grande de pimientos del piquillo (16 a 20 pimientos)
  • 2 dientes de ajo
  • aceite de oliva
  • 1 cucharada rasa de azúcar 
  • 100 ml de vino blanco

Intentando cumplir la promesa que os hice, tras mi falta de inspiración y voluntad de este verano, de retomar una mínima disciplina en el blog y publicar una entrada al menos una vez a la semana, aquí estoy, cumpliendo por los pelos, con una receta fácil y “chorra” que algunos me pedisteis en Facebook cuando subí esta apetecible foto.

Yo no se si a esto que os voy a contar hoy se le puede llamar propiamente receta, pero como a mi lo de las etiquetas nunca me ha preocupado mucho, pues eso, que me da bastante igual. En cualquier caso vamos a dejarlo en truco para tunear unos pimientos del piquillo y convertirlos, de verdad, en algo mucho más fino y exquisito. Y como es facilísimo, no dejéis de hacerlo. Es un trabajillo mínimo que luce muchísimo, de verdad.

PIMIENTOS DEL PIQUILLO TUNEADOS

Ingredientes:

1 lata “decentilla” y grande de pimientos del piquillo (16 a 20 pimientos)2 dientes de ajoaceite de oliva1 cucharada rasa de azúcar 100 ml de vino blanco

Aproximado Proceder:
En una sartén lo más amplia posible, ponemos el fondito de aceite de Oliva virgen y, ya en frío, los dos dientes de ajo pelados y troceados.

Cuando estén dorados los ajos, (¡cuidado que no se quemen!), añadimos los pimientos previamente escurridos del jugo de la lata. Reservamos este jugo.
Doramos un minuto los pimientos en el aceite y añadimos la cucharada de azúcar y el vino blanco. Meneamos la sartén para que se mezclen los condimentos y añadimos el jugo de la lata que teníamos reservado.
Dejamos hacer unos 15 minutos a fuego lento, momento en que  se reducirá mucho el líquido hasta quedar más o menos como en esta foto

Los pimientos del piquillo quedarán con una textura diferente y con un sabor muchísimo menos bravo. 
Los preparé el otro día para una comida en mi casa de 12 hombres, (de la que por supuesto y previamente salí huyendo), y tuvieron muchísimo éxito. Así que aquí y así os los dejo. 
Son ideales para acompañar una carne asada o a la brasa. Deliciosos con una lata de bonito en aceite y patatas cocidas, como ingrediente en cualquier ensalada o simplemente como acompañamiento que le de sabor y gracia a cualquier pescadito de medio pelo, de esos que se nos olvidan más de la cuenta en el congelador.
¡Ah!, y se conservan estupendamente en la nevera, así que animaros, y ya me contaréis!!Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

9 septiembre, 2012 16 comentarios
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Una cena de navidad facilona (ii). Historieta, pues que pena que siga sin gustarme la navidad (ii)
AcompañamientosAvesHistorietas

Una cena de navidad facilona (ii). Historieta, pues que pena que siga sin gustarme la navidad (ii)

escrito por Carmen Albo

confit de pato lujurioso, cebolla caramelizada y patatitas al azafrán.

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Comensales: 6

INGREDIENTES

  • Para el confit de pato:
  • 6 muslos con sobremuslo de pato confitado
  • 1 naranja, su zumo
  • 1 vaso de oporto
  • 1 vaso de vino dulce tipo Pedro Ximenez, moscatel…
  • 1 rama de canela, 2 clavos, y pimientas varias al gusto
  • Sésamo para decorar.
  • Para la cebolla caramelizada:
  • 6 cebollas finas y caras, por favor no utilicéis la marrón perfectamente esférica y rabuda como ella sola y que siempre suele estar de oferta, o estropearéis la receta
  • Aceite de oliva
  • 6 cucharadas de azúcar moreno
  • 1 vasito de brandy
  • Sal y una rama de canela (opcional)
  • Para las patatas al azafrán:
  • 2 bolsas de patatitas peladas de las que vienen al vacío o de las congeladas, (por ejemplo las Hacendado de Mercadona). No useis las de bote, que para mi gusto, aún cocinadas saben a eso, a bote.
  • Azafrán, sal y pimentón de la Vera


Como os decía en la primera parte de este post la semana pasada, no deja de sorprenderme a mi misma que yo que soy una persona festiva, festejona, vividora, disfrutona. lianta y armadanzas, a la que no le da ninguna pereza organizar saraos ni manchar su casa, ni su vida, ni un poquito su alma, (siempre que lo exija el guión, claro), le tenga tan poca simpatía a la Navidad.
También os decía que aún siendo persona quizá excesiva, (no hay más que ver el gusto que le estoy cogiendo a esto), me siento incapaz de apreciar las cosas ricas de la vida cuando se amontonan de tal forma que me sobrepasan, cosa que bien pensada, no es tampoco difícil teniendo en cuenta mi baja estatura. Desde luego, y probado está, el problema tampoco mejora si me calzo altos tacones, que luego a todos los dolores de conciencia, encima hay que sumar el de los propios pies. Y es tontería.
Y es este sentimiento de exceso, derramándose también en excesiva forma, el que se interconecta automáticamente en mi cerebro con el concepto de pecado, concepto este que, curiosamente, no suele preocuparme significativamente el resto del año.
No se porqué pero es cuando más pienso en los que menos tienen, en todo lo que pude hacer y no hice, en quien estará triste y sólo, incluso a escasos pisos de mi, en quien no tendrá que comer, en todo lo que a mi me sobra, y en las cosas a las que no renuncié y debería haber renunciado
En fin, que es el momento en que la particular lavadora de mi conciencia a punto de terminar su programa anual de lavado, se pone a centrifugar… y a muchas revoluciones.
Por eso, todos los diciembres salta la alarma, suena la campana y se me encienden todas las luces de alerta y ¡peligro, pecado!…Vamos, igual que si mi alma fuese el tablero de un coche moderno quedándose sin aceite.
El otro día en la 2ª o 3ª cena de navidad que a estas alturas ya voy acumulando, hablaba de esto precisamente con otra miembra de la misma asociación a la que ambas pertenecemos…y me encantaba oírla hablar de la navidad como la época más feliz de su vida, incluyendo el año en que con una gran pena y ausencia familiar, la celebraron igual que siempre arropándose unos a otros y sintiéndose orgullosos de ser capaces de sobreponerse juntos a su inmensa y reciente pérdida. ¡Que admiración y que envidia, Charo!
La verdad es que me leo, y parezco el navideño bicho verde del Grinch, e igual tampoco es para tanto…es sólo que me ponen triste estas fiestas y yo que soy el resto del año la alegría de la huerta, pues…no se, se me hace raro, y no me encuentro…o yo que se que…
Otra amiga, Elena, me dio una idea maravillosa para festejar sin estrés lo que podría ser una Navidad alternativa. Ahora que está tan de moda la Alianza de las civilizaciones esas y se supone que seremos unos oprobiosos y rancios dictadores si no somos capaces de amar y respetar la diversidad biocultural de todos los mundos que están en este, (incluidos aquellos que cercenan el placer de por vida a las mujeres, las entregan a viejos en matrimonio siendo niñas, o las lapidan porque un día amaron al único hombre que no las trató a palos), es el momento de adoptar y españolizar una fiesta muy americana…como ejercicio de biodiversidad cultural, más que nada
Para todos aquellos que llevéis un pequeño Grinch en vuestro interior, os propongo celebrar el día del “San Givin”, en su tierra originaria más conocido como Thanks Giving.
Celebrémoslo por todo lo alto, cuando y con quien nos de la gana, invitando y derrochando generosidad y hospitalidad con los que la necesiten, mucho más allá de las fronteras interfamiliares.
Celebrémoslo comiendo y bebiendo, el día del año que nos de la gana, que al ser una fiesta adoptada y adaptada será lógicamente movible a conveniencia del adoptante.
Celebrémoslo sin montones de regalos que supongan un gasto estúpido que encima ni siquiera será apreciado por la mitad de sus destinatarios. Y celebrémoslo también renunciando a algo y compartiéndolo con los que menos tienen.
Aunque dadas las fechas en que estamos, se me ocurre otra opción más fácil y cercana: celebrar la Navidad como Dios manda.
P.S.Con un beso enorme y mil perdones llenos de admiración, a los que disfrutáis la Navidad. La Navidad como Dios manda
Receta: confit de pato lujurioso, cebolla caramelizada y patatitas al azafrán.
Confit de pato Lujurioso
La técnica del confitado no es tiene más misterio que la de ser un especie de cocido pero en vez de en líquido, en una materia grasa. En el caso del confit de pato, la carne del mismo se cuece en su propia grasa. Para elaborar este plato sugiero que compréis el muslo y sobre muslo de pato. Podéis encontrarlos fácilmente en lata de dos en dos, o envasados al vacío por unidades individuales.
Ingredientes para 6 personas:
6 muslos con sobremuslo de pato confitado I naranja, su zumo1vaso de oporto1vaso de vino dulce tipo Pedro Ximenez, moscatel…1rama de canela, 2 clavos, y pimientas varias al gustoSésamo para decorar.
Aproximado proceder
Limpiar, raspando, toda la grasa que se pueda del confit Si los compramos de lata, dejar a temperatura ambiente- templado para que se separe toda la grasa.Dejar unas horas, o toda una noche, la carne macerando en todos los elementos anteriores excepto el sésamo. Unas horas antes de comerlo retiramos el pato de la salsa de maceración y reduciremos esta en un cazo a fuego lento hasta que nos quede con espesor de jarabe.
El confit lo pondremos en una rejilla de horno pintado con la salsa que habremos reducido previamente y cubierto con sésamo. Lo dejaremos hacer a horno fuerte unos 15 minutos, con cuidado de que no se queme pero si de que quede dorado.y con la piel crujiente.
Servir recién horneado
Nota: la grasa de pato sobrante, sobre todo de las latas, se puede guardar y congelar para confitar otros alimentos
Cebolla caramelizada
6 cebollas finas y caras, por favor no utilicéis la marrón perfectamente esférica y rabuda como ella sola y que siempre suele estar de oferta, o estropearéis la receta
Aceite de oliva
6 cucharadas de azúcar moreno1 vasito de brandy
Sal y una rama de canela (opcional)
Pelar y cortar en aros las cebollas.
Dorar en aceite de oliva, y sartén antiadherente. No mucho aceite pero suficiente para que dore bien. Salar.
Cuando esté medio dorada la cebolla, escurrir, incluso ayudados por papel de cocina, todo el aceita que se pueda
Devolver la cebolla semi frita a la sartén y añadir las 6 cucharadas de azúcar moreno. Esperar a que empiece a caramelizar. Añadir el medio vaso de brandy, y si se quiere, la rama de canela.
Dejar hacer a fuego medio-bajo hasta que el líquido se haya reducido, la cebolla este blandita y en una especie de salsa espesa
Nota: se puede añadir algo más de azúcar moreno, si después de evporado el líquido, no está suficientemente “acaramelada”
Patatitas al azafrán
2 bolsas de patatitas peladas de las que vienen al vacío o de las congeladas, (por ejemplo las Hacendado de Mercadona). No useis las de bote, que para mi gusto, aún cocinadas saben a eso, a bote.
Azafrán, sal y pimentón de la Vera
Si usáis la patatas al vacio lavarlas y escurrirlas bien. Si usáis las congeladas, dejadlas descongelas sobre papel de cocina para que absorba el líquido de la congelación.
Colocar las patatas en fuente de horno, semi cubiertas con aceite de oliva virgen y añadir sal, el azafrán en hebras y, si queréis, un poquito de nada de pimentón de la Vera, sobre cada patata para darle color. Hornear a temperatura alta hasta que estén tiernas y doradas. Al principio puede ser necesario moverlas en el horno.
Cuando estén hechas se retiran en caliente del aceite y se colocan en otro cacharro donde se les pueda dar un golpe de calor y gratinado antes de servir.Nota: el aceite sobrante se guarda para rehogar guisos, paellas…
Bueno, espero que no os haya parecido difícil la cena de navidad supuestamente fácil
¡¡¡ Feliz Navidad a todos !!!
Y ya me contaréis…Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

5 diciembre, 2009 10 comentarios
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Una cena de navidad facilona (i). Historieta, pues que rabia que no me guste la navidad
AcompañamientosAperitivos fácilesCremas y SopasHistorietas

Una cena de navidad facilona (i). Historieta, pues que rabia que no me guste la navidad

escrito por Carmen Albo

Crema de Boletus

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INGREDIENTES

  • 1Kg de setas. Mitad champiñón portobello, (el marroncito y más sabroso que el blanco). Mitad seta shiitake, la encontráis ya en muchos supers normales
  • 3 puerros con poco verde
  • 1 cebolla
  • 1bolsa de salteado de setas Hacendado de Mercadona ó medio kilo más de setas
  • 1bolsa de boletus deshidratados IMPRESCINDIBLE
  • 1 vasito de brandy
  • 1litro o 1 y ½ de consomé o caldo de ave (en caso de necesidad de brick)
  • Aceite de oliva, sal y pimientas varias
  • Parmesano rallado para decorar, o unas trufitas negras de bote marca Amalur


Ahora que me pongo a contarlo por escrito y en serio, aún me extraña más. Yo que soy una persona festiva, festejona, vividora, disfrutona. lianta y armadanzas, a la que no le da ninguna pereza organizar saraos ni manchar su casa, ni su vida, ni un poquito su alma….¿por qué le tendré tanta manía a la Navidad?

En principio es raro, tanto, que me lo haría psicoanalizar de no ser porque además del respeto que siento por esa práctica, conociéndome como me conozco, acudiría a un fantástico amigo y casi mejor psiquiatra, que con toda la razón del mundo me mandaría a paseo.

Y como hoy es lunes y arrastro el cansancio lógico de mi edad y del pasado y excepcional fin de semana en que celebramos entre unos cuantos amigos una particular versión pre navideña del fin de año en barato…pues no estoy yo con muchas ganas de que me manden a pasear por ningún lado.

Mi abuela, la misma de siempre, decía que las Navidades eran para familias felices y numerosas. Si no se cumplían las dos condiciones, la Navidad no resultaba. Y debe ser que tenía razón mi abuela, y es por eso que no me gustan.

Cuando éramos pequeños, que de ahí debe provenir el quid del asunto, éramos cuatro gatos, y encima, paradojas de la vida, gatos tipo “arratonado”. Y para cumplir la siguiente premisa, con mayores, (incluidos los propios), de vidas conyugales complicadas.

Después llegan, nos llegan a todos, las familias políticas que curiosamente ya vienen con su propio kit de: “navidad en familia política 3.0”… Y las navidades se politizan, nunca mejor dicho, y hay que compaginar, lógicamente, cosas y casas. Y uno se parte, y se reparte, y nunca se lleva la mejor parte…Y además como ¡que pereza me entra!

De todas formas, y eso si que debería hacérmelo mirar, yo que lo almaceno todo eternamente, (tanto en el cuerpo como en el alma), apenas guardo recuerdos, por ejemplo, de las noches de Reyes de mi infancia. Es más, sólo me acuerdo de una en Cádiz, como con 6 o 7 años, y de la emoción al levantarme y ver en el salón el Dulcecotón Payá y una camita de muñecas lacada en beige con un edredón de raso rosa con estampado “vómito de gato”, que ninguna colcha de aquellas de Reig Martí “el rey de las camas” consiguió nunca ni emular ni superar en su versión para la vida real.

Se que otros años, (que yo recuerde, puesto que jugaba con ellos y no eran épocas en que esos regalos se consiguiesen fuera de la época navideña), los mismos Reyes Magos, quizá de Cádiz o de Ferrol me debieron traer el Palomitón Payá, (maquina de hacer palomitas que brillaba con luz propia, vamos, que la tenía dentro), la Nancy con sus vestiditos, y el Baby Pis, orgullo de la ingeniería juguetera española del momento, que había aportado un sofisticadísimo sistema interno que unía boca y antípodas del muñeco con un canalillo para desaguar…

No recuerdo ninguna otra noche de Reyes de mi vida infantil más que esa, y ahora que lo pienso, ni siquiera consigo acordarme de quien fue el me dijo que los Magos no eran tales. Y eso que se supone que es el primer trauma al que un tierno infante debe sobreponerse en su preparación para la vida adolescente. Ni idea de quien fue ese angelito…Es raro, ¿verdad? No se si debería empezar a preocuparme

Tengo que reconocer que mi fantástica memoria es autoselectiva y de forma independiente suele reiniciarse tras haber pulsado la tecla “delete” al detectar algún recuerdo que de alguna forma enturbie o moleste a mis otros archivos. Luego, también de forma automática y para mayor seguridad, se pasa el antivirus guardatesólolobueno McAfee 3.5…y ni rastro de malos olores en mi disco duro.

Y volviendo a mi vida actual, las Navidades me estresan, me parecen un exceso de concentración de eventos por día/metro cuadrado y de acumulación de kulos, digo kilos. por centímetro cuadrado. También.

Me veo incapaz de apreciar las cosas ricas de la vida cuando se amontonan de tal forma que me sobrepasan y se derraman de una forma que deviene parecida a mi idea de pecado, y pecado es, aunque cuando dude si venial o mortal….

Y como hoy sólo subo entrantesde la navideña cena para principiantescontinuaré y terminaré la historietaen el siguiente post y en otro instante

Cena de navidad facilona (I)
Foie con mermelada de tomate a la vainilla

Por supuesto no voy a pretender que compréis un hígado fresco de pato u oca y procedamos a elaborar el foie en casa. Esto es una cena de navidad para principiantes que quieren quedar bien y directamente voy a sugeriros marcas y tipos.

Yo siempre compro el foie de pato u oca tipo mi-cuit, (semi-cocido). El foie de pato es más barato que el de oca y bien presentadito está riquísimo y queda de lo más lucido.

Por calidad/precio yo uso mucho el mi-cuit de pato en tarro de cristal de la marca Martiko de 190 gr. Tenéis también montones de marcas francesas como Rougie si ya queréis y/o podéis ir estirándoos, o, si queréis tirar la casa por la ventana directamente poned un foie del famoso Fauchon en vuestra vida…Pero sea cual sea, que sea mi-cuit, eso si.

La mermelada de vainilla la tenéis en este mismo blog, pinchando aquí. Para los que no os sintáis con ánimo, dos opciones:

1. Haced la mermelada de vainilla según mi receta pero con tomate natural de bote ya troceado. Solo tendréis que escurrirlo y os saltaréis el engorroso proceso inicial.

2. Comprad una mermelada de tomate que sea un poquito especial, podéis estiraros que, al contrario que con los foies, si nos salimos de las marcas normales del super, tampoco vamos a arruinarnos.

Pues eso, comprad una mermelada de tomate en un delicatesen, añadirle las vainas de la vainilla y sus simientes, como en la receta inicial, y dejar que ablande un día o dos, después cocer a fuego lento con un poco de brandy hasta que se evapore el alcohol y coja sabor de la vainilla.

Y si queréis adornar más el tema haced una gelatina cortada en daditos.Disolver un cubito starlux de carne + 1 cubito de consomé maggi en medio litro de líquido, (agua + una parte al gusto de jerez seco).

Añadir, según indique el fabricante de la marca que estéis usando la cantidad necesaria de hojas de gelatina neutra remojadas en agua, (yo añado una más de propina).

Disolver la gelatina sin llevar a ebullición. Verter en un recipiente rectangular y amplio para que nos quede el líquido con poca altura.

Dejar enfriar y cuando esté sólido, cortar en cuadraditos y utilizar para decorar el foie (poco tiempo antes de servir que se derrite)

Crema de Boletus

Si tenéis boletus frescos o congelados, pues fenómeno, pero si no los tenéis no importa que lleva truco.

Ingredientes
1Kg de setas. Mitad champiñón portobello, (el marroncito y más sabroso que el blanco). Mitad seta shiitake, la encontráis ya en muchos supers normales

3 puerros con poco verde

1 cebolla

1bolsa de salteado de setas Hacendado de Mercadona ó medio kilo más de setas

1bolsa de boletus deshidratados IMPRESCINDIBLE

1 vasito de brandy

1litro o 1 y ½ de consomé o caldo de ave (en caso de necesidad de brick)

Aceite de oliva, sal y pimientas varias

Parmesano rallado para decorar, o unas trufitas negras de bote marca Amalur

Aproximado proceder

Rehogar en aceite de oliva los puerros cortados en aros, cuando estén algo dorados, sin quemarse, añadir las setas crudas limpias.

Rehogar bien y añadir las setas secas que habremos hidratado en el brandy durante unas horas, o la noche anterior si preferís. Reservar el licor con el aroma a seta.

Cuando esté bien rehogado todo, añadir la bolsa de setas congeladas que soltarán mucho líquido. 

A continuación incorporar el brandy con todo el aroma a seta y cubrir con caldo de ave o consomé de carne. Dejar cocer tapado a fuego bajo hasta que esté el puerro blando.

Pasar por una buena batidora y si es preciso por el chino. Yo prefiero no añadirle nata, pero al que le guste, pues chorretón y se acabó.
Decorar con parmesano rallado en el momento de servir, con setas crudas fileteadas finas, o con laminitas de trufa, o con un poco de todo.Y ya está…ya me contaréis….Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

30 noviembre, 2009 21 comentarios
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Tres salsas básicas en la vida. Historieta, la de mi abuela romana
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Tres salsas básicas en la vida. Historieta, la de mi abuela romana

escrito por Carmen Albo

Hoy este blog cumple un mes…Esto empezó, ni se aún muy bien como, el 24 de Octubre pasado….”Pues si eso es un acontecimiento…. que venga Dios y lo vea…”. Esa sería una frase que con toda probabilidad, una sonrisa muy pícara y toda la ironía gallega del mundo, podría haber pronunciado la persona a la que hoy dedico este post y muchos de los que, si Dios quiere, vendrán.

Ahora que lo pienso, no se como he podido subir 13 entradas y no haber hablado aún de mi abuela Romana…Para que os ubiquéis ligeramente en el personaje, que vaya si lo era, una de sus frases favoritas: “Me llamo Romana y hago lo que me da la gana…” y vaya si lo hacía…Y mi frase de: “ Vivir para inventármela…”, creo que se la debo a ella y a la forma en que me enseñó a disfrutar y a inventarme… la vida.

Ni que decir tiene que mi abuela Romana no era delgada. No podía serlo. De si misma decía, que tenía tipo de sirena, “vamos, tipo de merluza en versión elegante” porque su gordura era “más de por arriba… que luego ya voy yo en disminución”

Le gustaba tanto comer, cocinar, probar, experimentar, equivocarse y reírse después…como a me gusta a mi.

Recuerdo de su mano, y como si fuese hoy, nuestra primera visita al Corte Inglés de Vigo recién inaugurado, tendría yo unos 10 años. Y lo recuerdo por dos motivos, porque me llevó a ver mis primeras escaleras mecánicas en las que sólo me dejó hacer un trayecto que a mi se me antojó cortísimo y que fue desde el bajo al sótano del supermercado. Y allí compramos salsas y latas de lo más exóticas para la época, tanto, como una salsa barbacoa, por supuesto americana y una lata de maíz Gigante Verde que ni siquiera estaba traducida al español…¡Que curioso lo que se queda grabado en la memoria gastronómica!

Pero además de a comer, a probar, a ensayar y a curiosear, de ella aprendí cosas importantísimas. Tan importantes como a disfrutar en alto de la vida. Decía que hay que disfrutar en alto, primero porque somos bajitos, (¡anda!, la famosa teoría de la compensación divina, otra vez), y segundo, porque cuando se disfruta de algo, y además de gozar tu, lo dices en voz alta, lo disfrutas dos veces: porque te oyes a ti mismo y porque te oyen y lo compartes con los demás.

De ella aprendí a reírme de todo y de todos, (reconozco que a veces incluso en exceso), pero siempre después de haberme reído mucho más de mi misma, condición sine qua non, para tener derecho a reírse de lo ajeno. Lógico.

A mi abuela no le gustaba que la tratasen de Viuda de….. Y argumentaba en primer lugar que tenía un nombre muy bonito, y en segundo que era innecesario que cada vez que la llamaban, le recordasen la pena de haberse quedado sin “el marido más bueno del mundo”…Y al hilo de esto puedo recordar el día que en uno de sus momentos más orondos y vistiendo un abrigo de piel, rodó las escaleras de un conocido local de Vigo. El portero apuradísimo repitiendo ¡¡Sra Vda de ….!! ¿Se ha hecho usted daño? ¡Voy a llamar a un médico! y mi abuela diciendo: “Tomás, dos cositas: primero, no me llame Sra. Vda de, que me da mucha pena recordar que estoy solita en el mundo, y si va a llamar a alguien, llame a un veterinario… que se ha caído una foca”. Yo también estaba allí, con un ataque de risa de los mayores de mi vida y tirando de la manga del abrigo de mi abuela. Acabamos las dos sentadas en el suelo…Hasta que se nos pasó. Ojalá pudieseis ver la sonrisa que tengo ahora, al escribir esto…Seguro que Romana ya lleva un rato riendo, porque donde quiero creer que debe estar, habrá recuperado la memoria que dejó de acompañarla los últimos 7 años de su vida, mientras masacraba billetes de 1.000 pesetas con las tijeras de uñas y buscábamos enanitos por debajo de las camas.

Que nos adelantásemos 10 años a la entrada del euro, intentando darle el cambiazo con los billetes del Monopoly diciéndole que eran ecus, mientras avisábamos a todos los comerciantes del barrio…fue algo de lo que nunca la llegamos a convencer. Después y por desgracia, ya fue imposible convencerla ni consolarla de nada.

Como, (como ella misma diría), hay más días que longanizas, os iré contando mil y una anécdotas de la persona a la que creo que debo mi afición a la cocina, a recibir gente, a montar saraos en casa, y a que no me de pereza ninguna invitar a compartir mi mesa y lo que haya en ella el día que toque.

Y para ilustrar un poco más el personaje, cuando con la cabeza ya bastante extraviada y después de rescatarla varias veces del portal, vistiendo bata y camisón pero sin nunca olvidar su bolso ni su collarcito de perlas, un día se nos cayó y se nos rompió una cadera.

Recién operada y como en aquella serie de mi infancia, (perdidos en el espacio), más perdida la pobre en el espacio que nunca, y con mi madre tratando de ubicarla, le explicaba que su médico, (al que ella denominó desde el primer momento “mi operador”), era yerno de un amigo de su época…Y ese creo que fue el último día que lloré de risa con ella…Mientras miraba a su operador de reojillo, decía: ¿Y este señor es yerno de fulanito?…¿de fulanito? ¡Que pesado, fulanito, toda la vida queriéndose casar conmigo….! ¡Y con lo bajito que era, si yo siempre quise casarme con alguien alto! Después, nos miró a los allí presentes, sonrió y dijo: “Y la verdad que ahora que os veo….¡ Hay que ver que arratonados me salisteis todos!”

Y esa era mi abuela Romana…. Ella tenía, y ahora tengo yo, la mejor receta de Lacón con grelos del mundo, y para una de sus famosas laconadas, hace ya mucho tiempo, pasé a verso la receta de los lacones de Romana…pero eso será ya otro día y en otro post…

Y como siempre decía, para darnos a entender que algún día la echaríamos de menos…”Ya, ya, ya me escribiréis, ya…”

Y eso es lo que estoy de alguna manera haciendo hoy: escribiéndole. Escribiéndole en un medio mucho más moderno de lo que ella pudo nunca imaginar, y con un alcance mucho más infinito de lo que yo nunca seré capaz de comprender. Pero escribiendo. Al fin y al cabo.

Y para la abuela con más salsa del mundo, como no, no una, sino tres recetas de salsas:


Tres salsas básicas, indispensables para sobrevivir a toda circunstancia en la vida

Ideales también para solteros/as perezosos a la hora de cocinar y sin problemas de dieta, eso sí.

1. Salsa de bote disfrazada.

2. Salsa de tomate instantánea.

3. Salsa de queso muy rápida


1. Salsa de bote disfrazada

1 bote de tomate frito estilo casero. Ya que vamos a ser cutres y lo reconocemos, al menos no intentar disfrazar un vulgar tomate Solís o similar. El tomate frito marca HIDA, a mi me perece de lo más decente que se puede encontrar por ahí

Albahaca fresca, que en caso de necesidad puede estar previamente congelada. Nunca uséis albahaca seca, da a los platos un toque a Licor del Polo que no dice nada bueno del cocinero.

2 cucharadas de queso Parmesano, o Grana Padano, rallado

Poner en una tarterita el tomate frito, añadir la albahaca picada y dejar hacer a fuego bajo unos 5 minutos. Antes de retirar la salsa, incorporar el queso y en cuanto se disuelva apartar del fuego para que no se pegue.

Esta salsa cuela. Lo juro. Y si la usáis en canelones, pastas, moussakas…ni se notará que no es vuestra.

Si la usáis para añadir a pastas, un truco que siempre, siempre, siempre hay que hacer es dejar la pasta un punto cruda, y terminar de hacerla siempre dentro de la salsa caliente. Es la manera de que absorba sabores y efluvios. Probad…. y ya me diréis.

2. Salsa de tomate instantánea

2 bolsas de tomates cherry (tipo pera mejor), ó 2 latas de tomate al natural troceado, (ojito, el tomate triturado es distinto, vamos, un puré).

Aceite de oliva virgen

Un ajo

Albahaca fresca y/o orégano seco

Sal y azúcar.

Dorar en aceite el ajo muy, muy, picado. Antes de que tome color añadir los tomates cherry partidos a la mitad o los de lata o incluso mezclados. Dejar hacer unos 10 minutos, añadir sal al gusto y siempre una cucharadita de azúcar. A mitad de cocción añadir la albahaca picada y /o el orégano según preferencias, o simplemente según lo que tengáis a mano.

Para apuros también funciona como un tomate frito estupendo…y con pasta…la deja favorecida, la verdad.

3 Salsa de queso muy rápida

1 brick de nata líquida

1 paquete de quesos mezcla (cheddar, gouda , enmental), o los restos que anden por casa pero rallados.

Pimienta rosa o mezcla de pimientas

Poner en un cacito, si es antiadherente mejor, un fondito de nata, añadir los quesos rallados e ir fundiéndolos y mezclando con la nata. Añadir poco a poco la nata y dejar que cada vez se incorpore a la mezcla. Pimentar al gusto que los quesos ya suelen ser salados y dejar hacer hasta que el punto de espesor sea de vuestro agrado.

Salsa ideal para cubrir un vulgar brécol cocido, o para pasta más gordita tipo gnochi de patata…

Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

24 noviembre, 2009 26 comentarios
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Mermelada de tomate a la vainilla
Acompañamientos

Mermelada de tomate a la vainilla

escrito por Carmen Albo

Mermelada de tomate a la vainilla

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Comensales: 10 Tiempo de preparación: 30 minutos Tiempo de cocinado: 2 horas

INGREDIENTES

  • 4 Kg de tomates carnosos, maduros y duros. Tomates pera, mejor.
  • Opcional: 2 latas de tomate natural ya en trozos
  • 500 gr de azúcar por cada Kilo de pulpa de tomate
  • Un buen pellizco de sal
  • 4 vainas de vainilla, (tipo bourbon mejor), frescas y elásticas
  • Paciencia
  • 1 limón

Bueno, no creáis que todos los días voy a subir una recetilla. Y no porque no quiera, que además de que con gusto lo haría, tengo un cierto fondo de armario como bien me recordó aquí mismo un buen amigo…pero es que de vez en cuando, tengo que trabajar.
Como creo firmemente en que, salvo excepciones, no hay mal que por bien no venga, es precisamente este bajón en mi trabajo lo que me ha decidido y permitido comenzar esta blogera aventura entre pucheros.

Además, también reconozco que lo he cogido con gusto, y no se si a todos los que os ha dado por contar cosas en la red os pasó en su momento lo mismo, pero me hace una ilusión ver nuevos seguidores, suscriptores, fans en facebook…..¡Y un blog con 4 posts, da una penita…! ¡¡¡¡Venga, animaros y suscribiros al blog, haceros seguidores, fans en facebook!!!!

Así que ahora mermelada de tomate a la vainilla, y si esta noche tengo insomnio…

Tengo que decir que esta receta me ha reportado grandes éxitos, y si no recuerdo mal, está inspirada en una de la fantástica cocinera Carme Ruscalleda. Nada menos. Es mucho más rica y versátil de lo que pueda parecer a simple vista y siempre ha sorprendido a todos los que en mi casa la han probado. Me han pedido muchas veces la receta y el último que la descubrió, de naturaleza golosa, todo hay que decirlo, de haber podido, algo se hubiese enamorado de mi, pero como era pecado…

Yo la uso para acompañar carnes frías, con foies y patés o con determinados queso suaves como el de rulo de cabra y tanto en versión fría, acompañando lo que os he dicho antes, como caliente, sobre canapés de sobrasada o queso de cabra al horno, por ejemplo.

Antes de nada, (que el que avisa no es traidor, y si lo fuera o fuese lo sería en menor grado), decir que soy un desastre para calcular cantidades, entre otras cosas.

Y si en la cocina esto puede suponer un problema…en otros ámbitos de la vida puede ser mucho peor. Incluso.

Normalmente todo lo mesuro “a ojo”, y, teniendo en cuenta las muchas miopías que me adornan, pues mis cálculos e indicaciones podrían no ser totalmente exactos…pero nunca, nunca, ello sería intencionado.
Y no os preocupéis que la hice el viernes y salió perfecta

Ingredientes para unos cuantos tarros 

4 Kg de tomates carnosos, maduros y duros. Tomates pera, mejor.
Opcional: 2 latas de tomate natural ya en trozos

500 gr de azúcar por cada Kilo de pulpa de tomate
Un buen pellizco de sal
4 vainas de vainilla, (tipo bourbon mejor), frescas y elásticas
Paciencia
1 limón

Aproximado proceder 

Escaldar y pelar todos los tomates. Si usáis tomates pera se facilita el pelado y el despepitado de manera notable

Cortar en 4 o 6 trozos y con los dedos y cuchillito, ir retirando todas las semillas y partes acuosas, así como el tronquito central.

Dejar escurriendo en papel absorbente.

Triturar al punto, o al gusto, la carne de tomate obtenida en la Termomix, o en instrumento de tortura similar.

Pesar para ver la cantidad finalmente resultante. (Si queréis añadir tomate troceado de lata, escurrirlo bien y añadir antes de pesar)

Durante 20 o 30 minutos dejar evaporar en tartera amplia, la pulpa de tomate ya triturada.

Pasado este tiempo, añadir 500 gr de azúcar por Kilo de pulpa de tomate obtenido, el pellizco de sal y las vainas de vainilla que previamente se habrán cortado a lo largo y a las que se habrán retirado las semillas que por supuesto se incorporarán al tomate.

Dejar cocinar hasta que la mermelada espese. Ya avisé que hacía falta paciencia, fácil más de 2 horas.

Probar el punto extendiendo una cucharada en un plato frío.

En el último momento añadir el jugo de 1 buen limón, cocer 5 minutos más y retirar.

Con la mermelada aún bien caliente, se rellenan, hasta que rebosen, los tarros de cristal bien limpios y secos, introduciendo en cada cacharro un trozo de vaina de vainilla.

Con ayuda de guantes se cierran los botes de forma que el sobrante caiga al cerrar la tapa, se pasan por agua para retirar el pringue y se colocan los botes boca abajo hasta que enfríen.

El resultado de esta exitosa mermelada, algunos ya sabéis cual es…Ánimo y a disfrutarla y mejorarla.

Ya me contaréis… Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías

26 octubre, 2009 3 comentarios
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