Vieiras a la gallega, como dios manda. Historieta, las certezas absolutas de la vida
Imprimir recetaINGREDIENTES
- 8 vieiras grandes gallegas y frescas, o congeladas pero buenas
- 1 cebolla mediana
- 1 loncha de jamón ibérico
- Aceite de oliva virgen no muy fuerte
- 1/2 vasito de vino blanco gallego
- Pan rallado y sal.
Creo, o al menos intento, no ser extrema ni «talibana» en mis opiniones y criterios. Intento no serlo en la cocina y por supuesto en la vida. Si algo bueno tienen los años, y por mucho que yo me niegue a aceptar los que por lo visto tengo, es que también por lo visto, le surten a una de kilos de experiencia, (y de los otros también), como para empezar a darse cuenta de que, salvo excepciones, y entre otras muchas cosas, las certezas absolutas tampoco existen.
Y parafraseando a ese anuncio de esa cerveza, (competencia de la que piensa en verde), él, probablemente mejor profesor del mundo, (del mundo de cada uno, se entiende), estaba hace más de 30 años enseñándonos filosofía en un aula de 3º de BUP del colegio de los jesuitas de Vigo….
Siempre que empiezo con estas reminiscencias datadas y fechadas ya tan atrás, no puedo dejar de evocar a aquella viejita bajita de la televisiva serie «Las chicas de oro«. Y siempre que comienza en mi dicha evocación, no se si alegrame o temerme por el parecido que con ella adivino se me avecina.
Bueno, como decía y admitiendo como axioma, tan personal como particular, que la vida no es como sucede sino como se recuerda, pues recuerdo una clase magistral de aquel, probablemente, mejor profesor del mundo. En aquella clase, el Padre Jaureguizar intentaba hacer comprender a una panda de quinceañeros con bipolaridad hormonal manifiesta, (entre los que, para animar un poco más el cotarro, se contaban unas pocas chicas recién admitidas en un colegio tradicionalmente masculino), intentaba, decía, con las dificultades que sólo ahora comprendo, explicarnos de alguna manera su personal teoría sobre los grados del conocimiento.
Recuerdo que aquel libro de la editorial Anaya, (a la que casi todos y casi siempre anteponíamos con bolígrafo una C mayúscula a la marca), listaba los grados del conocimiento por orden y de mayor a menor en esta escala: la sospecha, el indicio, la evidencia, la certeza y…. culminando el ranking de todo el conocimiento del mundo mundial, aparecía ella: la certeza absoluta.
En contra de lo que aquel libro de filosofía adoctrinaba, el Padre Jaureguizar propugnaba que la certeza absoluta era un grado del conocimiento que no existía, y que de hacerlo, sólo lo hacía en el alma de los soberbios.
A esta gran verdad, (a la que por definición y comunión con la teoría del probablemente mejor profesor del mundo, no puedo denominar, obviamente, certeza absoluta), añadió simplemente algo parecido a esto: «cuando sean ustedes mayores lo comprenderán, y hasta puede que alguno de ustedes me recuerde por esto…» Y aquí estoy yo, evocando a aquel maestro y recordando lo que, probablemente, supuso para mi la mejor enseñanza del mundo.
Y ya no sé si probablemente deba también al Padre Jaureguizar el haber pensado siempre que la soberbia es el peor defecto y el mayor problema que puede tener un ser humano. Pero probablemente a él también deba haber pensado, (bastantes años más tarde, eso sí), que la soberbia es la anorexia del alma, que impide ver lo que para otros ojos es evidente y que niega y transforma en quien la padece, las realidades más obvias y manifiestas.
Y dicho todo esto, no quisiera ser ni parecer soberbia si digo o intento decir que en determinadas ocasiones, sólo hay una manera correcta de realizar determinadas cosas. Es más, una persona como yo que utiliza desde hace años como vital sistema operativo el: «Eliminación 2.0» en vez del MS DOS de la época y que siempre ha confundido peras con manzanas y Appels con Windows, de lo único que tiene certezas, y por supuesto nunca absolutas, es de que hay determinadas cosas que NO deben y NO pueden hacerse. Ni en la cocina, ni en la vida…
VIEIRAS A LA GALLEGA
Y hablando de certezas; tengo una muy grande, (por no decir absoluta), y es que hay muchas, variadas y variopintas maneras de destrozar una vieira y encima, apodar al destrozo con el gentilicio propio de las nacidas en esta tierra. Curiosamente todas esas maneras están publicadas y ocupan un puesto destacado en el ranking que San Google otorga a la receta de vieira a la gallega en internet.
Este animalito es gallego aunque venga de Escocia, y por su misma y gallega idiosincrasia, es delicado, dulce, «agarimoso» y seguro que hasta «morriñento». De todo ello se deduce que es un pecado y de categoría mortal, el sepultarlo en vida bajo montones de cebolla y pan rallado que junto con el aceite desmedido producen una argamasa impropia de una cocina pero curiosamente muy adecuada para la construcción.
Hay quien también, no contento con este homicidio en primer grado, le añade muchos pimentones varios, o lo que es incluso aún mejor, acaba asesinando a la pobre vieira ahogándola en cargadita salsa de tomate…¡y de bote!
Y sobre los tiempos de horno, casi mejor ni hablar, que muchos de los autores encontrados parece que aún no se han enterado de que las cremaciones no deben realizarse en hornos domésticos…
Aproximado proceder
Pochar en 16 cucharadas de aceite virgen, de sabor no muy fuerte, la cebollita finamente picada.
Cuando esté casi hecha añadir el jamón finamente picado, dar unas vueltas en la sartén para que se derrita su grasa.
A continuación agregar el vino blanco y dejar que se evapore.
Poner sobre cada vieira una cucharadita del sofrito de forma que quede una cantidad aproximada a la que aparece en la foto.Espolvorear con pan rallado ligeramente
Introducir en el horno ya caliente unos 10 minutos a 180º
En el momento de servirla añadimos unas escamas de sal marina y a la mesa
Y ya me contaréis….pero como ya no tengo abuelas, creo que puedo decir que esta vieira es como yo, a la gallega y como Dios manda!
Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías
29 comentarios
Una receta como dios manda , sin florituras, gracias
Mira que eres graciosa contando todo. Da gusto leer. Me he reído un montón.
Yo de lo único que tengo certeza absoluta es de que puedo ser mejor de lo que soy y no hago nada por intentarlo. Un caso sin solución.
Tú las vieiras y yo las zamburiñas/volandeiras las hacemos del mismo aproximado proceder.
Muacs dulces
sencilla e impresionante. asi da gusto con la explicacion q has dado.
saludos
A mi lo de la salsa de tomate de bote me mata…. Por cierto que yo las hago pero sin jamón…. soy incapaz de añadirl jamón a la comida, excepto para comerlo con pan y vino….
Gran historia la del Padre Jaureguizar y su/tu reflexión sobre la soberbia. Alguna vez me he dejado llevar por la soberbia…. y no veas lo mal que me caigo….
Yo también tuve a la mejor profesora del mundo. En el instituto: se llamaba Manolita y me daba historia…. y además de historia del hombre acabó inculcandonos un poco de historia de la vida…..
Un bico 😉
Me encantan las vieiras, a la gallega o como sea, pero una buena vieira es un placer comerla y estas sin duda lo son.
Besitosss
Ningún pero, quizás te olvidaste de añadir que la vieira es tan gallega que está en el escudo de Galicia, pues la «venera» de los peregrinos no es otra cosa que la concha de la vieira. Se la llevaban para allá pa´ Europa como credencial de que habían pasado por aquí.
Hoy que estoy dedicándole un poco de tiempo a esto de leer blogs que hace muchíiiisimo no visitaba me estoy encontrando con sorpresas tan gratas como esta entrada que he leído y que comparto plenamente, incluso tu teoría de la soberbia que más de uno debería leer. A mi la vieras me parecen exquisitas y estoy de acuerdo que hay platos que disfrazarlos son un auténtico sacrilegio.(dicho esto y sin sentar cátedra ¡que conste!). Un beso y me alegra ver que estas metida de lleno en esto. Me voy a ver tus videos ahora mismo. Un beso
Verdades… como vieiras (en vez de puños). Coincido completamente en un buen producto, cuanto menos se lo machaque u ornamente mucho mejor.
Dejen a la vieira demostrar todo su potencial, perfectamente aplicado en recetas como esta tuya, Carmen.
Enhorabuena por la historieta también… jeje
María, como Dios manda, sin florituras y con historieta…No sé si se verán muchas más de estas por aquí!!
gracias por comentar!!
Berta, de eso que me dices, es imposible que tengas la certeza absoluta…si acaso, la sospecha!!
Me alegro de que te hayas reído. Es más, me encanta que me lo cuentes!!
Gracias por leerme y comentar!!
Mou:
Es que la receta no puede ser más fácil ni más rica.
Eso sí, va con recado para los asesinos de estos gallegos animalitos. A veces, más por desconocimiento que por mala intención, pero otras…
Gracias por leerme y comentar!!
Mezquita, el poner o no jamón, añadir una gotitas de limón o de pimienta, son variaciones en gustos que no asesinan al bicho. El problema está en el agromán de cebolla y pan rallado, en la salsa de tomate o en la cremación sistemática en horno doméstico.
Y sobre los profes que con certeza casi absoluta marcaron nuetras vidas, que gusto poder contar a algunos!!
Besos sin jamón!!
Reme, pues ya ves que cosa más sencilla, y, como yo, más gallega!!
gracias por comentar!!
Antonio, no se si eres «mi Antonio del cole» u otro Antonio. A ver si me lo aclaras.
Pues si, sí que me olvidé de esa también importante historia, será que lo mío son más las historietas…
Besos y gracias por comentar!!
Morena en la cocina, Pues gracias por aparecer por mi casa. Me encanta que te encante mi historieta!! Eso es señal de que compartimos más que ciberaficiones.
Y sin sentar tampoco cátedra y sin la inexistente certeza aboluta sobre nada, a mi me parece un asesinato, (vamos a dejarlo en homicidio imprudente), lo de cargarse un animalito tan gallego y tan delicado!!
Gracias por comentar y por estar ahí!!
Rubén, Pues gracias a ti por comentar y por compartir la casi universal idea de que lo verdaderamente delicado y fino, no se puede disfrazar y asesinar.
Me gusta que te guste la historieta!!
besos!!
Se pourrait-il bien se passer qui mettra chose à ce sujet dans mon blog personnel petites si je après une référence à http://www.guisandomelavida.com?
curiosa anécdota. En cuanto a la receta se ve deliciosa.
Muy interesante la anécdota. Y la receta… la vieira es deliciosa y esta receta me recuerda a como la cocinaba mi abuela. Una maravilla!
Yo sí que tengo una certeza absoluta, y es que eres UNICA… me ha encantado tu reflexion/anecdota sobre la soberbia.
De la receta de Vieiras, al igual que todas Espectacular…Amiga Carmen, No Faltes NUNCA…..Un besazo
Seguro que fantástica, dentro de poquito me pongo a «ella», porque las veces que la hice, hice yo la masa también y aunque no quedo mal, da una lata tremenda.
Y aprovechando que la masa pasa por el horno, una duda metódica que tengo estos días y que pensaba ya consultarte: Generalmente en las recetas de «quiches» te recomiendan que hagas la masa primero 10 minutos «sola» y después sigas con todo lo demás. Acabo de leer dos recetas en las que lo ponen todo junto «en fresco» y lo hornean de 35 a 45 minutos. ¿Tienes experiencia de esto? ¿Que crees que será mejor? Bicos vincianos, prima
¿Que mi comentario era sobre la Tarta Tatín!!!!! Sobre las recetas ya te comentaré, y te contaré mi receta de «Vieiras a la Tía Mina»…. que tiene su miga (pero poca) Mais bicos
Magdalena, pues si la vida no es como sucede, sino como se recuerda…curiosa anécdota que así debió suceder!! Y la receta definitiva para comer vieiras de forma tradicional sin cometer asesinato!!
Tokugawa, cuando una receta hoy, nos hace evocar otra más antigua y cocinada por alguien que es nuestro referente gastronómico, no es por nada, pero es una magnífica señal!!
Gracias por comentar!!
Víctor, con estos piropazos, sólo me queda pensar que mi abuela acaba de reencarnarse en ti!!! Por lo menos un ratillo para enredar por aquí!!
Tu no faltes tampoco, que además tienes que heredar algunos de mis importantes cargas, digo cargos!!
Un beso, y gracias por el esfuerzo de comentar aquí!!
Vello Chan de Fuco, da igual donde preguntes que yo igualmente contesto.
Respecto a las quiches, creo que siempre hay que prehornear la masa tal y como bien dices de lo contrario la base queda cruda.
Respecto a la Tatin, yo creo que la tapan desde el comienzo en el horno los que previamente caramelizan en cazo o sartén las manzanas.
Como yo lo que intento es simplificar el proceso y manchar lo menos posible cuento con que es necesario cubrir la tarta en mitad del proceso de asado/caramelización.
Si se hiciese desde el principio, o no estarían las manzanas en su punto o se quemaría la masa…vamos, creo yo…
Aquí me tienes dispuesta a seguirte y a no perderme nada de lo que pongas, ya me quedé con el lacón de tu abuela y ahora con estas vieiras, creo que voy a convertirme en tu sombra!! jeje
Pero a que merece la pena!
Un beso enorme Carmen!
Se lo más rico que he cocinado. Un manjar. Gracias 😉
Gracias a ti, por dármelas, Begoña. Pasa hasta la cocina que estás en tu casa.